Daniel Wizenberg, Alejandro Saldívar y Gio Jaramillo Rojas, equipo de la revista LATE, abrieron las actividades de la Nave de No Ficción de la Fundación de Periodismo Patagónico y compartieron con un grupo de periodistas reflexiones en torno a la paradoja de cómo hacer buen periodismo llegando tarde.
“Nosotros en vez de un modelo de negocios tenemos un modelo de trabajo”, dijo Daniel Wizenberg al hablar de la comunidad periodística de la que forma parte. Su nombre puede ser leído en castellano, donde LATE funciona como sigla para “Latinoamérica Escribe”, o en inglés, ya que late significa tarde. Así comenzaba el primero de tres días del Festival Iberoamericano de Periodismo Narrativo, en los cuales los debates se centraron en la calidad, los alcances y los márgenes del oficio periodístico, dejando de lado la fiebre de la inmediatez y de la ganancia a cualquier costo. “Late no sigue la noticia, le interesa saber qué hay de fondo cuando la noticia desaparece”, siguió Wizenberg.
Luego, un poco de contexto. La era de los influencers, de “la gente que lee menos”, del periodismo ciudadano que mata al autor. Incluso se habla de la era del posperiodismo. Una frase parece pintada con aerosol en una pared: “Si el periodismo murió, viva el periodismo”. El título de un reportaje denuncia que un raspador de coca gana 22 dólares al día: “Seguramente, más que muchos periodistas”, se lamentó Wizenberg. Está claro que el contexto es precario, que ya no es negocio y cada vez se parece más a un hobbie el oficio. Sin embargo, ante esto, el planteo de Late es pelearse con la época, una postura contracultural.
Lo inmediato y lo documental
Alejandro Saldívar tomó la palabra para reflexionar sobre lo que implican los cambios tecnológicos en la fotografía a la hora de contar historias. Al hablar de la irrupción digital, el scrolleo y el zapping, dejó una imagen clarísima: “Lo que hacemos es remar con nuestros dedos”. A diferencia de lo que pasa con la fotografía analógica, en la cual cada película cuesta y sólo podemos conocerla después del revelado, lo digital tiene como destino la desaparición, y las imágenes infinitas “se pierden en un túnel, un abismo”, graficó. Estos cambios también tuvieron sus consecuencias en el fotoperiodismo. Tal es el caso de Brent Renaud, quien encontró la muerte en Ucrania haciendo su trabajo en forma freelance y sin garantías por parte de los medios que lo empleaban. En esas condiciones, el actual conflicto bélico nos obliga a buscar imágenes del Google, anulando la posibilidad de documentar los hechos en forma profesional.
Frente a la lógica dominante, LATE plantea una alternativa y ciertas dicotomías. “A la lógica artificial” del mal uso de las nuevas tecnologías, “se le opone una lógica documental”, indicó Saldívar. Hablando del reportaje que hicieron siguiendo la ruta del mercurio, ‘Desmadre de Dios’, se puede comprender mejor este modelo de trabajo. “Se trata de interrogar al paisaje, de darse el tiempo de ir a los lugares para rastrear qué tiene para decirnos la devastación”, ejemplificó. Y en ese trabajo forense, lo que predominan son los personajes contradictorios, complejos.
Formamos parte del contexto
A su turno, Gio Jaramillo Rojas dio cuenta de las diversas herramientas que se pueden utilizar para contar historias. Tomando ejemplos del oficio como el de Leila Guerriero, pero sin dejar de lado fuentes literarias como García Lorca o Faulkner, de lo que se trata es de encontrar un equilibrio entre la imagen y el texto, de bucear en los detalles. Una de las cosas que resaltó en la charla es que el periodismo proviene de la literatura. “Si tu lees a Homero estás leyendo crónicas imaginadas de la Grecia Antigua”, argumentó. También remarcó la postura de LATE respecto al debate ya perimido sobre la objetividad del periodismo: “Formamos parte del contexto y tenemos una forma de ver el mundo”, aseguró. El trabajo que hacen es una arquitectura narrativa que pretende “interpretar el hecho y lograr la universalización”. Luego, hubo una sucesión de imágenes que los integrantes del taller debían interpretar, una suerte de ejercicio de cierre. El tiempo de las preguntas finales dejó en claro que la semilla ya estaba plantada.
Algunas citas sueltas:
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