A partir de su participación en el libro “Elites sin destino” con el artículo “Argentina: ¿Qué es lo que quieren?”, Paula Bistagnino presentó en el marco del Festival Iberoamericano de Periodismo Narrativo, Nave de No Ficción, su crónica centrada en entender quiénes son y qué piensan las elites argentinas.
La charla se llevó adelante el sábado 5 de noviembre en el salón BEC (Bariloche Eventos y Convenciones) con la moderación de la periodista y politóloga colombiana Estefanía Avella. El nombre de la actividad respondía a pensar nuevas formas de periodismo surgidas tras la pandemia: El mejor periodismo está por venir: ¿Cómo cubrir las élites y juventudes de la Argentina?
¿Qué tiene el poder en la cabeza?
Al iniciar su investigación, Bistagnino abordó ciertas preguntas que funcionaron como disparadores: ¿a dónde se buscan, dónde están las elites? ¿Quiénes conforman ese grupo en la Argentina del siglo XXI? Como explicó la autora, sus trabajos previos se centraban mayormente en otro tipo de protagonistas y enfoques; por lo que este desafío implicaba salir a buscar en otros lugares -seguramente más incómodos- y sobre todo, la posibilidad de poner el foco en quienes ostentan el poder real del país. “Me pareció muy interesante la propuesta de ir a buscar ahí. El laburo que hice siempre como periodista y los lugares donde me moví, fueron dedicados más a trabajar e investigar temas vinculados a Derechos Humanos o cuestiones sociales y no había apuntado al poder o a pensar el mundo no solo de los ricos, sino de quienes conforman esa elite política, económica y cultural de nuestros países” comentó la autora.
La propuesta que intentó traducir y sobre la que basó su análisis, es en qué piensan o, como se dice habitualmente, qué tienen en la cabeza: “Qué les pasa cuando van por la calle y ven personas durmiendo en la calle, o ven una protesta. O cosas mucho más chiquitas; ¿entraron alguna vez a un hospital público?”, se preguntó la periodista. Para eso, realizó diversas entrevistas a personalidades a quienes Bistagnino considera parte de las elites y que por sus distintas influencias, patrimonios o posiciones pueden fácilmente ubicarse en la punta de la pirámide social. Andrea Grobocopatel, miembro fundadora de Los Grobo, uno de los principales grupos empresariales de la Argentina y principal productora de trigo y soja del país; o Federico Pinedo, tres veces diputado, senador y fundador de la fuerza política PRO, fueron algunos de ellos.
Con el fin de contextualizar, Bistagnino comenzó describiendo una definición de “elites” que le permitió comprender mejor la categoría: “Fui a buscar primero una definición de quiénes son, cómo cambió ese concepto. Que pasó con aquella oligarquía que tenía el modelo económico y que además era la dueña de la historia; de ese puñado de apellidos que a principios del siglo pasado y a fines del siglo XIX gobernaban, eran los dueños de la tierra; a qué puede decirse que son las elites hoy” explica.
Cómo el poder se ve a sí mismo
Bistagnino relató en su exposición, que la primera pregunta que le realizó a sus entrevistados fue si se sentían parte de una elite: “Pinedo me dijo ´sí claro. Soy una elite, lo tengo clarísimo, en todos los sentidos’. Después empezó a desmarcarse de ahí, para empezar a decir que era una elite distinta y que en su familia esto se vivía como una responsabilidad por el país. Y que él no era de los más ricos; sino que, al contrario, había sido pobre entre los ricos.” Pero no todos los entrevistados se perciben en la misma categoría: “Andrea Grobocopatel me dijo no, para nada. Porque dice que su familia se hizo de la nada y que fue cuidando lo poco que tenían, que luego se convirtió en mucho. Toda una construcción de la historia familiar basada en el esfuerzo y el mérito”.
En cuanto al acceso a los entrevistados, así como la posibilidad de conocer a fondo su cotidianeidad, Bistagnino cuestionó la idea de que sea un tema ya recorrido. Si bien el periodismo muchas veces recrea o estudia este grupo social, el acercamiento es desde afuera, y muchas veces por el propio desconocimiento de quienes lo integran: el poder, entre otras cosas, da protección para vivir más fácilmente el anonimato. "No es fácil acceder al poder. Si hay informes o trabajos en cuanto a informaciones públicas (...), pero creo que en general está vedado y que no tenemos mucho acceso a ellos. La vida del resto de las personas está mucho más expuesta que la de los poderosos" sostiene Paula durante la charla. Por eso, lo interesante de este tipo de aportes periodísticos.
Opus Dei y vínculos de clase
Bistagnino se dedicó a investigar al Opus Dei (orden de alcance mundial perteneciente a la Iglesia católica) por más de 10 años y entrevistó a decenas de miembros y exmiembros de todo el mundo. Avella aprovechó la charla en el marco del Festival, para preguntarle sobre esta investigación y la posición de esta organización de cara a las elites. El Opus Dei, además de constituirse como un espacio sectario y exclusivo, está vinculado -a veces de manera orgánica- a los poderes económicos, políticos y financieros, constituyendo fuertes vínculos de clase. "Cuando uno mira ahí, hay una red de poder. El Opus Dei y otras organizaciones de elite y sectarias, están todas entre sí muy vinculadas. Y eso funciona como una nueva oligarquía -podemos decir- o de red en la que hay una complicidad, también favores que van y vienen; y que uno no necesita ser parte de una de esas organizaciones, para que toda esa red funcione. Hay vínculos allí que son de una clase social" explicó Bistagnino.
Respecto a las dificultades para acceder a fuentes que permitan investigar a fondo esta organización, sobre todo cuando no se forma parte de dichos círculos, es útil -según la autora- buscar y estar atenta porque “siempre aparece algún enojado, traicionado, estafado, o curioso, que quiere contar alguna cuestión”.
Para responder algunas de las preguntas principales de su estudio, la autora también dialogó con estudiosos de la materia como Ana Castellani o Pablo Semán. En relación con el compromiso que tienen las elites con la democracia, una de las conclusiones que enumeró Bistagnino, fue que estos sectores no pueden contarse sin el Estado desde prácticamente todos los aspectos (gestión, acceso, distribución); pero que, al mismo tiempo, descubrieron que podían llegar a gobernar ese Estado no sólo a través de golpes militares -como sucedió históricamente- sino de manera democrática mediante el voto popular. El mejor ejemplo de esta situación ha sido el gobierno de Mauricio Macri y el espacio del PRO en 2015. Cuáles son las reglas de la democracia y cuánto están dispuestos a defender este mecanismo, si se pusieran en juego algunos de sus privilegios, son preguntas que quedan abiertas para la historia futura.
El último señalamiento de Paula en su presentación, refirió a los elementos indispensables para entender la realidad latinoamericana hoy día, como puede ser el modelo económico. Señaló entonces que la primera variable es justamente la desigualdad: "Este es el momento de la historia en el que se genera más riqueza en números y sin embargo la desigualdad es cada vez mayor. Por lo tanto, la pobreza relativa también es cada vez mayor y entonces hay una cuestión, un problema, con el modelo económico" sintetizó.
Copyright 2022 - www.navedenoficcion.com - Todos los derechos reservados
DIseño y desarrollo: NodoPatagonia